Tenía 14 años y mi pasión era el futbol.
Soñaba con ser Messi de mayor.
No me importaba ni los estudios, ni los amigos ni nada, solo el futbol.
Y, al final, conseguí entrar en el equipo infantil de mi ciudad.
Estaba muy ilusionado.
Entrenaba muy duro para conseguir plaza de titular.
Cuando se acababa el entrenamiento, yo seguía corriendo una hora o dos más.
El futbol lo era todo para mi.
Y, por fin, el entrenador se fijó en mi.
Al acabar el entrenamiento me dijo que quería hablar conmigo.
Y, mientras mis compañeros estaban en las duchas, yo entré en pantalones cortos y camiseta, todo sudado en su despacho.
– ¿quería verme mister?
– Si Luis, pasa y siéntate.
Te llevo observando y veo que cada día lo haces mejor y te veo casi preparado para que seas titular.
Pero detecto un problema.
– Dígame el problema y hare todo lo que sea para solucionarlo – dije yo rápidamente.
– Tu sabes que Messi tuvo que hacer un tratamiento muy duro antes de triunfar no?
– Si Mister
– ¿Y tu estas dispuesto a algo parecido?
– Claro Mister, haré todo lo que me mande.
– Si ya.
Eso dicen todos y lo dejan a la mitad y perdemos todo el dinero invertido.
– Yo no Mister se lo juro.
Yo haré todo lo que me pida y sin quejarme
– Ok, nos vamos a arriesgar contigo.
Pero que sepas que no puedes hablar con nadie de este tratamiento.
Ni siquiera a tur padres.
– Ok Mister.
Será un secreto entre Ud.
Y yo.
– ¿Te parece bien que empecemos hoy? ¿ahora?
– Lo que Ud.
Diga Mister – le contesté yo como si fuera un soldado y el Mister mi general
– El problema lo detectamos en tus piernas.
Pensamos que si fuerzas mucho tendrás muchas lesiones musculares.
Ya verás.
Ponte de espaldas a mi, apoya los brazos en la silla y abre las piernas.
Y el Mister empezó a masajearme cada músculo de las piernas, cada vez más arriba, mientras los iba describiendo y hablando del problema y cual sería su solución
-Estos son los músculos que creemos que tendrás más problemas: los abductores – Y diciendo, esto me paso la paso por mi pene como si fuera lo más normal del mundo y empezó a masajearme entre mis huevecillos, sin quitarme el pantalón corto.
Yo empecé a estar incomodo sintiendo como jugaba con los dedos con mis huevos.
Pero tenía en la cabeza lo que le dije de no rechazar el tratamiento y no me atrevía a abrir la boca.
El Mister seguía tocándome los abductores, mientras aprovechaba para cogerme los huevos y cada vez mas a menudo, me cogía la polla.
Y yo seguía sin abrir la boca pensando que era parte del tratamiento y cada vez con más vergüenza porque notaba que el masaje estaba provocando que se me pusiera dura
El Mister detectó mi dureza.
– Uy chico, no te preocupes por esto – me dijo riendo y cogiéndome la polla
– A todos los chicos os pasa, es normal.
Pero chaval, no te de vergüenza, tienes una polla de buen tamaño jejeje – se rió pero me la meneo un rato por encima del pantalón.
– Bien chaval, vamos a empezar el tratamiento.
Recuerda que no te puedes echar atrás.
La crema que te voy a poner ahora es carísima y no podemos desperdiciarla
Diciendo esto, me ordeno que me quitara los pantalones cortos y los calzoncillos y que me tendiera boca arriba en la camilla y que me cogiera los pies con las manos.
Yo, con mucha vergüenza, así lo hice y mi culito y mis partes quedaron expuestos en primera línea para el Mister, que se sentó en una silla al final de la camilla.
Note un escalofrío por todo el cuerpo cuando sentí los dedos del Mister alrededor de mi culo y sus manos masajeándome las nalgas.
– Veras chaval, esta crema, para que actue bien, se ha de poner por dentro.
Pero tu no te preocupes que no te va a doler nada.
– me dijo el Mister mientras seguía con los masajes alrededor de mi esfínter y, cada vez mas a menudo, me cogia la polla y me la apretaba, y tiraba la piel para atrás para descubrir el capullo.
Entonces fue cuando metió el dedo en un bote de crema y mientras me tenía cogida la polla con la otra mano masturbándome lentamente
– Esto de la polla me gusta menos que a ti, pero es parte del tratamiento.
Es para que te relajes.
Por lo que ahora relaja el culo, haz como si quisieras hacer caca y respira hondo.
Yo lo hice todo tal como me dijo y fue cuando note un calambrazo en mi culo que me dejo sin respiración.
Por primera vez en mi vida, sentí algo entrando por mi culo.
Era el dedo del Mister.
Que lo había metido entero de un empujón.
– Ahhh me duele Mister
– Aguanta chaval, solo durará unos minutos mientras te pongo la crema para endurecer los abductores
Y mientras me decía esto, empezó a sacar y meter el dedo por el culo y a masturbarme cada vez más rápido.
– Ahora cógete las piernas por detrás de las rodillas y no las sueltes que ya acabamos.
Entonces el mister me metió el dedo lo más adentro que pudo, lo sacó, cogió una toalla, se secó la mano y me lanzo la toalla en la cara.
Y como no ponía moverme, la toalla se quedo tapándome la cara.
El mister aprovecho la situación para arrastrar mi culo hasta el borde de la camilla y enseguida empecé a notar nuevamente masajes alrededor de mi esfínter, pero eran diferentes, eran como si me los hiciera con un dedo más gordo.
– Vuelve a relajar el culito como antes que ya falta muy poco.
Me dijo mientras volvía a cogerme la polla y a masturbarme.
Pero tampoco fue como antes.
Note como si me metiera la polla en un sitio muy cálido y muy húmedo .
Yo, en ese momento no me lo imaginaba, luego supe que me la estaba chupando.
Notaba que estaba a pinto de correrme y me daba mucha vergüenza y se lo dije.
– Mister…el tratamiento me va a sacar leche.
– Espera
Entonces note como liberaba mi polla y volvían los masajes alrededor del culo y, de repente, sentí como un pinchazo, un dolor mucho más fuerte del que sentí con el dedo.
Notaba como si mi culo se fuera a rajar y empecé a tener muchas ganas de hacer de vientre.
– Aguanta chaval que ya acaba el tratamiento.
Y note un empujón que me dejo sin respiración y con un dolor en mi culo como si me hubiera quemado.
Aquello empezó a entrar y salir de mi culo cada vez más rápido y, cada vez que entraba, entraba más adentro.
El Mister no dejo de masturbarme mientras me estaba penetrando y tuve un orgasmo como nunca antes había sentido y él, no dejaba de entrar y salir de mi culo.
Estuvo asi varios minutos y, de repente, sacó eso de mi culo, se vino a mi lado y sin quitarme la toalla, me cogió de la cara.
– Abre la boca chaval que te tienes que tomar esto para acabar el tratamiento.
Yo le hice caso y me entro una cosa en la boca que olía a mierda y empezó a llenármela de algo pastoso y caliente que empecé a tragar, mientras sentía como el mister gemía.
Todavía me tuvo un minuto con eso en la boca mientras notaba como se ponía mas blanda y entonces me la sacó, noté como me limpiaba mi semen del pecho, como me limpiaba el culito con toallitas húmedas y como me quito la toalla de la cara.
-Ya está chaval, lo has hecho muy bien.
Recuerda que este es un tratamiento secreto.
Te dolerá un poco un rato pero luego estarás bien.
Uf… que mal hueles…ven, que te ayudaré a ducharte y así veré si el tratamiento funciona.
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