El chico del chat


Mi incursión en un viejo chat me hizo conocer a un chavito delicioso.

Hola, este es mi primer relato, tengo 27 años, soy bisexual y contaré el primer encuentro que tuve con un chico al que llamaré Alexis, hace tiempo cuando apenas tenía 19.

Soy de una pequeña ciudad en el norte de México, por aquellos años en mi ciudad grindr no estaba en su auge y la vida homosexual era un tabú, por lo que los que queríamos experimentar teníamos que buscar encuentros en la calle, en cybers o en un conocido chat sexual que se usaba en la ciudad.

En el chat solo bastaba meterte al canal gay, ponerte un nickname y empezar a escribir lo que buscabas. Desde chico me llamaba la atención experimentar como activo pero quería que fuera con alguien de mi edad, desafortunadamente pasaron semanas de charlas con maduros para poder encontrar alguien que me diera confianza ya que en el chat no podían compartirse fotografías.

A las 3 semanas de mi frustrante búsqueda recibí un mensaje de un chico que decía llamarse Alexis, me dijo tener 18 años y que quería sentir una verga en su boca. El que fuera tan directo me gustó mucho así que le seguí la platica. Me dijo que medía 1.70, que su piel era clara y que era delgado. Yo por aquel tiempo era bastante delgado, moreno claro y medía 1.75, así que su descripción coincidía con el tipo de chico al que quería follar. Luego de una hora, más o menos, decidimos pasarnos nuestros números y comunicarnos por whats app.

Esa noche no recibí mensaje de él, así que di el primer paso aunque no recibí respuesta. Fue hasta el día siguiente en la tarde que me contestó argumentando que sus papas controlaban mucho el uso de celular por lo que se disculpó y continuamos la platica. Me contó que ya había tenido experiencias anteriormente y que le gustaba mucho dar sexo oral. Para mi apenas sería mi segundo chico así que estaba bastante nervioso, cosa que le comenté. El me confesó entonces que tenía 16 y que apesar de tener un poco más de experiencia también se encontraba nervioso. Me asusté un poco porque si era dificil organizar un encuentro con alguien de mi edad, ahora con un menor sería todavía más complicado. Compartimos un par de fotos de rostro y el se veía increíblemente hermoso. Ojos color avellana, tez clara casi blanca, sonrisa perfecta. Me entusiamó demasiado y aminoró los nervios de conocerlo.

Esa noche Alexis me dijo que al día siguiente saldría temprano de la preparatoria y que no avisaría en su casa, que podríamos vernos y dar la vuelta para conocernos. Me pareció excelente idea así que quedamos de vernos a las afueras de un cine ubicado en un punto medio. Me vestí lo mejor que pude y salí de mi casa. Ya en camino me empezaron a pasar por la cabeza ideas de que podría no ser el realmente y que podía ser una trampa, sin embargo seguí mi camino hasta llegar al punto de encuentro.

Al llegar la hora pactada no veía rastros de el y comenzaba a decepcionarme cuando lo vi llegar: con sueter azul oscuro, pantalón escolar, su cabello perfectamente peinado, su tez clara hermosa y su sonrisa brillando de oreja a oreja. Se acercó a mi y se presentó:

Alexis: Hola, supongo que tu debes ser @#&@&.

Asentí y lo invité a caminar para platicar un rato. Debo decir que en persona era mucho mejor que como se describía. Era delgado pero aún así su pantalón escolar dejaba ver un trasero redondito debajo de el y un bulto considerable. Estuvimos caminando casi dos horas hasta que empezó a anochecer, nos la estabamos pasando bien pero notaba bajo su pantalón que se sentía excitado por la situación y porque la noche anterior le había dejado en claro que tenía ganas de probar su culito.

Alexis: se esta haciendo tarde ¿no crees?

Yo: si, creo que se pasó el tiempo demasiado rápido.

Empezaba a creer que estaba buscando un modo de zafarse pero continuó hablando y me propuso algo que aún hoy sigo recordando con mucho morbo.

Alexis: si jeje ¿qué opinas si vamos aquí atrás? Hay un hotel abandonado y esta un poco oscuro. Podríamos ir a platicar un rato allí y quizá ahí puedas besarme.

El hecho de imaginarme en un lugar abandonado, lejos de todos, a solas con el me excitaba demasiado, así que acepté. Me guió hasta el lugar y nos acomodamos en un hueco que parecía haber sido una puerta pero que recibía luz de luna. El se me quedó viendo directamente a los ojos. Se veía hermoso, su sonrisa blanca, su bello rostro. Lo tomé por la cintura y lo acerqué a mi cuerpo. Pude sentir su bulto rozando el mío, nuestras caras de frente, sintiendo nuestras respiraciones y por fin nos fundimos en un beso.

Primero tierno, tocando nuestros labios y aumentando poco a poco la temperatura introduciendo mi lengua en su boca. Comenzó a tocar mi espalda con su manos mientras yo buscaba acariciar sus nalgas. Podía sentir como se estremecía cuando apretaba su culito durito y como le punzaba la verga cada vez que le metía más profundo mi lengua en su boca.

Se alejó unos centimetros y comenzó a desabrocharme el cinturón. Bajó mi boxer y quedó mi dura verga delante de su bello rostro. La tomó de la base y subió su mirada a mis ojos, sin dejar de verme fue acercando su boca a mi verga y la fue introduciendo cm a cm hasta tenerla toda adentro. La mamada era increíble, sacaba y metía toda mi verga en su boca, mientras con una de sus manos acaricibia mis huevos y con la otra mi culo.

Estaba muy caliente así que lo levanté, le di un beso y lo puse contra la pared. Comencé a bajar su ropa y cuando tuve su culito frente a mi, lo besé hasta llegar a su hoyito. Lampiño, rosadito y apretadito. Pasé toda mi lengua por el y lograba introducirla hasta donde sus nalguitas lo permitían, podía escuchar sus gemidos. Intenté meterle un dedo pero me dijo que mejor le metiera la verga. Así que me puse a sus espaldas, ensalivé mi verga y la puse en su entrada.

Fui empujando poco a poco, cuando entró la cabeza me detuvé y le pregunté que como estaba, me dijo que bien y antes de que pudiera reaccionar empujó su cadera hacia atrás clavandose por completo. Fue lo más rico sentir como su culo apretaba mi verga, se quedó quieto unos momentos y cuando se sintió acostumbrado me dijo que le diera. Inicié un mete-saca despacio que fue subiendo de velocidad, la metía y la sacaba toda y podía escuchar como su respiración se aceleraba. Tomé su pene en mi mano mientras se la metía y su verga se hinchó mientras soltaba varios chorros de semen, viniendose en mi mano y apretando mi verga con su culito. No tarde mucho en venirme dentro de el y lo abracé dejandosela adentro. Estuve besando su cuello unos minutos y nos separamos.

Cuando nos empezamos a vestir le dije que me había gustado mucho y que me encantaría repetir. El me dijo que estaba de acuerdo pero que buscaramos un lugar más comodo porque apesar de haber disfrutado quería poder gozar al máximo.

Lo acompañé cerca de su casa, nos despedimos como amigos cualquiera y partí caminando a mi casa. De camino noté que tenía semen en mis zapatos así que antes de llegar tuve que limpiarme. Esa misma noche me llegó un mensaje suyo diciendo:

«El próximo viernes no tendré clases, así que si gustas podemos repetir»

Si les gusta este relato, con gusto les cuento las otras aventuras que tuve con el.

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