M: ¿Te gusto mi leche? – Pregunto con esa sonrisa morbosa, asentí más entretenido con el sabor en mi boca mientras él subía su bóxer y short quitándome la preciosa vista de su pene. – Eso es bueno, la próxima vez te enseñare bien como sacarla. – Me emocione con la idea de repetir la experiencia, estaba por decirle algo, pero en ese momento escuchamos los fuertes pasos subiendo por las escaleras.
Apresuradamente Manuel me hizo una seña de silencio mientras se acomoda para lucir lo más normal posible mientras me indicaba que voltease a ver la tv al tiempo que José entra al cuarto seguido de Noe que parecía frustrado por no poder entrar de primero, ambos venían corriendo en esa ropa típica para jugar futbol sudados y sonrojados por la actividad para tirarse en sus respetivas camas sin prestar especial atención en mi nervioso primo o en como yo seguía en mi mundo saboreando algo.
José estaba tirado en su cama respirando pesadamente y lo mismo para Noe que se tiro en su cama que hace momentos fue testigo de las morbosas acciones de mi primor mayor, probablemente por el mismo olor a sudor que traía sobre sí no pudo notar el más intenso aroma a pija que llenaba su cama para alivio de Manuel que no dejaba de verlo de reojo esperando una reacción.
No mucho después entro mi tío Carlos con una ropa similar a la de mis primos, venia sudado igual porque él también acostumbraba jugar con los otros niños y jóvenes de la colonia
C: No manchen cochinos, lárguense a bañar antes de echarse a las camas. – Dijo mientras iba a su habitación para recoger ropa para después de bañarse, cuando lo otros lo escucharon empezaron a hacer los mismo apurados por conseguir ser el primero en bañarse las típicas competencias de los hermanos. Poco después bajaron igual de forma tan escandalosa como con la que subieron, el corazón de Miguel aprecio descansar un poco con esto porque perdió ese aire de criminal a punto de ser encontrado, eso hasta que regreso mi tío quien poco después de una respiración le dijo
C: Puta Manuel, ¿andabas de pendejo jalándotela acá? Huele la cama toda a verga. – Mi primo salto todo asustado creyendo ser descubierto, pero pronto soltó una excusa
M: ¡No wey! Estas menso, ha de ser la peste de los plebes.
C: Uy si como si no conociera como eres, esta toda esta parte apestosa a huevo.
M: Ah, no eso es porque le había hecho la broma esa al primo ya sabes la de la mano. – Dijo levantando la mano como si fuese toda la prueba que necesitaba, Carlos se le quedo viendo raro y luego me vio a mí que también pase a ponerle atención a su plática.
C: Su pinche madre Manuel mínimo báñate ante de hacer esas pendejadas que hasta acá me llega la peste que traes, vas a terminar haciendo vomitar al Ale. – Empezó a decir riéndose y me revolvió el pelo mientras se salía de cuarto, si supiera lo equivocado que estaba. – Alístate para que te bañes también que te hace falta.
Manuel soltó aire habiendo esquivado ese asalto repentino.
M: Nos salvamos primito, nomás no le vayas a decir lo que hicimos a los demás o ya no podremos hacerlo otra vez. – Dijo yendo a su parte del cuarto para buscar ropa, yo no necesite más explicación de porque no debía hablar de eso, ya me hacia una idea de que eso no debía contarse a otros además de que me bastaba con saber que podría repetirse en otro momento.
Poco después subieron mis primos ya bañados y cambiados por lo que Manuel bajo para esperar su turno, como mis otros dos primos estaban entretenidos en sus cosas hice como si me fuese a mi cuarto-de Carlos, pero en su lugar me pare al lado de la cama de Manuel donde estaba la cesta de ropa sucia, sobre esta se encontraba un bóxer diferente al le había visto hacia poco.
Voltee revisando a mis primos tomando el bóxer rápidamente antes de entrar a mi cuarto cerrando la puerta con un poco de fuerza, el corazón me latía a mil mientras apretaba con fuerza ese trapo intimo que pronto tenía contra mi nariz dando pequeñas respiraciones de exploración a fin de determinar si había o no el olor que tanto deseaba. Había una variedad de olores diferentes en esa tela, desde uno que identifique como simple sudor hasta el tan añorado olor a huevo que buscaba solo que este era diferente al que conocía, este era un olor menos concentrado pero al mismo tiempo tenía una variación especial sí el aroma en los bóxer que llevaba puesto mi primo era acido y con cierta humedad el de los bóxer que tenía en mi mano era más almizclado, sin tanta acidez y con otros tintes que no era capaz de explicar fácilmente, sin embargo esas diferencias no lo hacían menos delicioso para mi olfato.
Ubicando la zona del pene donde el aroma era mejor abrí los bóxeres para tomar mejores respiraciones ya que no era tan fuerte como de uno recién usado, note pronto que la sensación no era igual en la parte del frente, sino que tenía partes donde era más duro como acartonado.
Separando el bóxer de mi cara para investigar esas partes note que tenían unas como costras blancas manchando en varias partes desde pequeñas como gotas hasta una principal en el medio, acerque mi nariz a esa parte central y tome una profunda respiración: el olor estaba ahí, era el como el que tenia ese liquido que mi primo llamo “leche” incluso cuando se trataba de un olor más sutil podía asegurar que era del mismo líquido, decidido a comprobar mi teoría di una lamida en esa parte pero para mí decepción no note gran cosa. Estaba por dar otra probada cuando escucho la perilla girándose, en mi pánico solo atine a poner los bóxeres debajo de mí y sentarme de manera “no sospechosa” o mi idea de lo que era no sospechosa.
Carlos entro secándose el cabello con una toalla, no traía camisa por lo que pude apreciar su velludo cuerpo; mi tío no era delgado ni marcado sino de esos hombres que son llenitos, pero por la constante actividad física terminan con una constitución fuerte, él era de piel blanca, cabello negro, velludo en todo el pecho y a su edad ya tenia una buena barba que le cubría gran parte de la cara. Esta vez preste especial atención al camino de vello que iba desde su ombligo hasta la perderse en el elástico de su short donde yo suponía el vello continuaba hasta su pene. No se si noto mi mirada en su bulto o si era por los nervios de casi ser descubierto con intoxicándome con los bóxeres de Manuel porque Carlos termino acercándoseme a sacudirme el cabello
C: ¿Qué traes Ale? estas todo sudado y con la cara roja.
Y: N-nada tío nomas que me asustaste cuando entraste al cuarto.
C: En que andarías pensando pa’andar así, a ver saca ¿Qué travesura hiciste? – Me interrogo riéndose de mis reacciones nerviosas.
Y: Ninguna tío. – Acomodándome más de manera inconsciente para cubrir mejor el bóxer mientras en mi cabeza intentaba pensar en algo que decir. – Es que me acorde de una cosa que hizo Miguel. -Me quería dar de zapes cuando lo que dije llego a mi cerebro, más cuando la cara del tío paso a ser de sospecha.
C: ¿No me digas que el cochino si estaba jalándosela aun contigo ahí? – No entendía esa expresión de “jalársela” de mi tío y por mi cara creo que se dio cuenta de mi duda. – Que, no lo viste. – Hizo un gesto de subir y bajar con su mano.
Y: ¿Qué es eso tío? ¿Qué es jalársela? – Mis preguntas parecieron sacar de onda a Carlos y de ida recordándole que yo aun era muy chico para saber a qué se refería.
C: Bueno, a ver como te digo- Estaba dudado en como explicarme o si de plano seguir explicándome. – Mira al cabo y vas a terminar viéndolo en alguno momento, jalársela es cuando los hombres ya grandes como tus primos Miguel y José se agarran la verga y la mueven así. – Explico de manera tosca haciendo ese ademan de nuevo.
Y: ¿Y para que hacen eso? – Mi tío parecía estar teniendo un momento difícil en ese momento.
C: Eso es porque están grandes y hacer esas cosas les da gusto, ya después lo sabrás bien cuando llegues a su edad.
Y: ¿Entonces tú también lo haces tío Carlos? – La cara se le puso roja, pero asintió.
C: ¿viste a Miguel haciendo eso antes de que nosotros llegásemos? – Pregunto poco después recordando el porqué de esa conversación.
Negue: No, el nomas estaba sentado ahí conmigo y me explico porque mi primito se puso a llorar cuando le acerco la mano a la nariz. – Carlos empezó a echarse a reír una vez escuchado eso.
C: Ah ese cabron le sigue chingando la pupila al pobre del Noe. – Parece que esa razón le termino de relajar. – ¿Y qué vergas ocupaba explicarte ese cabron de sus cochinadas?
Y: Es que yo tenia duda sobre de donde venia el olor, porque Noe se puso muy enojado cuando le olio la mano a Manuel.
C: Es normal que se ponga enojado es una broma medio pesada que esa.
Y: A mí me la hizo, pero no me molesto. – Pare un momento dudando si debía decir lo siguiente, pero recordé que Miguel me dijo que mi tío Carlos también hacia esa broma. – Me gusto el olor.
Vi como la expresión de risa se volvía de seriedad en la cara de Carlos mientras me volteaba a ver serio y sorprendido por mis palabras.
C: ¿Cómo así?
Y: Si, cuando le puso la mano a Noe este se enojo y le dijo que olía feo, pero cuando me hizo a mi para que Noe viese que yo no lloraba a mi me gusto el olor que tenía su mano. – Resumí a mi torpe manera los momentos de la tarde.
Carlos se me quedo viendo unos momentos con expresión seria, no se que pensamientos pasaban por su cabeza o a que realización llego porque su expresión, aunque seguía siendo seria ahora tenia un toque de curiosidad.
C: A ver Ale quiero que cierres los ojos para ver si lo que me dices es cierto. – Las alarmas sonaron en mi cabeza cuando escuché la frase tan similar a la que me dijo Manuel, pronto como había pasado antes sentí la mano de tío acercarse a mi cara y sin abrir los ojos ni esperar indicación empecé a respirar a fondo el conocido olor del que tanto había disfrutado hacia poco.
El olor de Carlos no era tan acido como el de Miguel ni tan intenso porque estaba mezclado con el aroma proveniente del jabón sin embargo esto no evito que disfrutase del almizcle que no se perdió con el baño, aunque me molestaba un poco la idea de que el jabón quitaba protagonismo al que ya tenia identificado como olor a pene todavía continúe dando profundas respiraciones a la mano de Carlos con los ojos cerrados.
Cuando empecé a sentir la perdida de olor abrí los ojos encontrándome con la mirada turbulenta de Carlos, se le notaba tenso, pero en su cara vi la misma sonrisa que tenía Miguel cuando estábamos solos. Mis tripas empezaron a tener esa sensación de vacío y me emocione ante la idea de repetir la experiencia ahora con mi tío, pero para mí desgracia la voz de José gritando nos saco de ese ambiente de morbo.
J: Ale dice mi nana que te vayas alistando para bañarte, que Miguel ya lo desocupo. – Eso basto para regresar a Carlos a su expresión habitual, pero por la ruptura abrupta de la situación solo atino a pararse de prisa y empezar a pasarme ropa para cambiarme después del baño.
C: Ahí esta Ale vete yendo con cuidado que ocupo hacer unas cosas. – Con la pena de perder tal oportunidad hice lo que me dijo aprovechando un momento en que se volteo para poner el bóxer de miguel bajo mi almohada.
Estaba cruzando el patío para llegar al baño cuando me tope con Miguel, por su sonrisa no fue por casualidad.
M: Como vez primito, nos arruinaron el momento aquellos mensos. – Dijo con voz un tanto baja. – ¿Dime si te gusto lo que hicimos? – Asentí.
Y: ¿lo podemos hacer otra vez? – Miguel lucia feliz con mi pregunta su short estaba un tanto abultado de nuevo por lo que acerque mi mano para tocarlo, pero antes de poder hacerlo me detuvo.
M: Espérate primito, ahorita no se va poder con los plebes acá y con tanta gente con nana. – Me decepcione un poco. – No te preocupes ya tendremos oportunidad para repetir, ¿sí?
Aunque me molestaba no poder hacerlo en ese momento todavía estaba feliz porque miguel afirmo también querer y que lo repetiremos. Con eso el se fue para el segundo piso dejándome solo en el patío.
El resto de la tarde paso normal, no hubo más encuentros a solas con Miguel hasta después de la cena cuando se quedó últimos conmigo para lavarnos los dientes, entonces se acercó a mi después de asomarse a ver que todos se habían alejado de ahí.
M: Ale ¿quieres hacer lo de la tarde otra vez? – Asentí apurándome a terminar de lavarme los dientes. – Eso es bueno porque yo también quiero, pero vamos a hacer una cosa no podemos hacerlo acá entonces lo que haremos es que cuando sea más tarde en la noche y se duerman los otros yo te voy a hablar para que vengas conmigo ¿va? – Obviamente acepte.
Mi corazón latía como loco mientras subíamos juntos incluso cuando nos separamos antes de entrar a mi cuarto, y así continúe hasta que sin darme cuenta me dormí.
Probablemente fue por la misma emoción que tenia porque termine despertando casi dos horas después sin necesidad de alarmas ni nada, mire a mi alrededor obscuro apenas iluminado por la luz que entraba por las ventanas. Espere un momento quieto escuchando para ver si la tv de mis primos seguía encendida o si ya fueron a dormir, en eso estaba concentrando cuando un ronquido de Carlos me recordó su presencia en el mismo cuarto, lo voltee a ver estaba en una camisa sin mangas y short deportivo, boca arriba con el cuerpo por toda la cama. Mi tío era alguien de sueño pesado desde que lo conozco y era normal escucharlo roncar, lo seguí viendo para asegurarme de su sueño, pero en eso escucho un suave “seguí” del otro lado de la puerta mi corazón se acelera y sigilosamente me levanto hacia la puerta volteando de poco en poco a ver a Carlos.
Con suerte consigo llegar a la puerta sin caerme ni hacer ruidos altos, abro la puerta despacio y me encuentro con Miguel agachado de forma que no podría ser visto desde la otra mitad del cuarto. Salgo con cuidado y agachándome un poco lo sigo a su cama donde él ya se hubo acostado dejándome ver su abultada entrepierna gracias a la luz de afuera que entra por las ventanas. Me subo a la cama él toma mi mano y la guía a su pene sobándose con ella sobre el short, lo siento duro y palpitante en mi palma, pero el con tanto pronto pasa a ser directamente piel con piel cuando el baja su short y bóxer a la vez. Se siente caliente y duro al tacto, termino dejando de poner atención a su cara centrándome por completo en como mueve mi mano sobre su pene, me hace cerrar los dedos sobre su circunferencia o al menos de la parte que mi pequeña mano es capaz de cubrir para luego empezar a subir y bajar con su mano sobre la mía, siento la piel de su miembro moverse con la acción de nuestras manos y curioso noto como la cabeza de pene pasa a ser cubierta y liberada de su piel con cada subir y abajar, es una imagen rara para mi pero no por eso menos hipnótica.
Pronto la cabeza empieza a volverse más brillante con la salida del presemen, poco después de que toda la cabeza esta brillando por el delicioso liquido Miguel parece decidir que es momento de pasar a lo principal; con una de sus manos empieza a guiar mi cabeza con dirección a su pene y yo me dejo mansamente, una vez capto el olor que tanto adoro y veo la cabeza brillante a mi alcance empiezo a dar lamidas cortas recogiendo todo le presemen que se me permite dejo que el sabor llene mi boca pero no me detengo de dar lamidas sabiendo que este líquido continuara saliendo mientras yo no pare, continuo disfrutando de mi paraíso de olor y sabor cuando escucho a Manuel decir
M: Chúpala como en la tarde Ale.- Miguel baja la piel tanto como puede descubriendo la totalidad de la cabeza roja brillante, la miro con curiosidad y no puedo evitar que me parezca apetitosa así que la envuelvo con mi boca repartiendo lamidas una vez que la tengo dentro, mi primo parece disfrutar mucho de esto pues su cara tiene esa misma expresión de esfuerzo de la tarde, me mira fijamente a los ojos y dice: Ahora sube y baja como yo te hacía en la tarde.
Hice lo que me dijo sin concentrarme en las lamitas bajo mi cabeza dejando que su pene entre un poco más en mi boca para luego subir, repito la acción varias veces, pero pronto Miguel me detiene.
M: Espera tantito primito, me estas raspando mucho con los dientes. – Me separa de su pene. – Tienes que evitar pasar los dientes cuando la chupas, así. – Abrí la boca cubriendo sus dientes con los labios como cuando los niños juegan a hacer “Pop- pop” con la boca, cuando ve que lo imito de manera correcta vuelve a guiar mi cabeza a su pene para continuar con el sube y baja, noto que es más sencillo también para mi con los labios así.
Más cómodo de esa manera mi primo empieza a subir y bajar mi cabeza con mayor velocidad, no me molesta porque no va muy profundo pero pronto empieza a mover su cadera al tiempo que presiona mi cabeza aumentando la cantidad de verga que entra en mi boca, pronto me causa una ligera reacción de vomito por el largo de su pene mis ojos sueltan unas pocas lagrimas pero no es nada grave y le pierdo atención cuando siento la vara en mi boca palpitar volviéndose más ancha por momentos.
“Ahí está” pienso recordando que esto paso en la tarde antes de que Manuel me soltase su “leche”.
Tal como suponía pronto escucho decir a mi primo; AH SI, TRAGATELA, TRAGATE LA LECHE PRIMITO.- Lo dice tan alto como puede en un susurro mientras da un último empuje a su pelvis contra mi cabeza al tiempo que sus manos me presionan para que deje entra más de su miembro a mi garganta, lo dejo y respiro como puedo por la nariz perdiéndome en las pulsaciones que acompañan los disparos de leche que premian a mi garganta por el trabajo bien hecho.
Cuando el agarre en mi cabeza se empieza a relajar un poco me muevo sacando parte de su pene de mi boca de forma que ahora la leche se acumula en mi boca donde voy palpando el delicioso sabor que hasta el momento solo había experimentado una vez. La leche sigue fluyendo en mi boca mientras el pene de Carlos pierde esa dureza, es una sensación peculiar el que un miembro se ablande cuando aun lo tienes lechando en tu boca y como todas las sensaciones que mi primo me ha dado ese día lo disfruto. Al sentir que la leche dejo de fluir con tanta afluencia saco el pene de mi boca y lo observo perder la mayoría de su dureza acostándose contra el arbusto de mi primo, lo tomo en mi mano y lamo las ultimas gotas de leche que se asoman por la rendija de su cabeza.
La mano de mi primo me acaricia la cabeza mientras me mira con una sonrisa cansada, como la de alguien que se va levantando de un buen sueño, con la vista aun puesta el uno en el otro trago los restos de leche y subo su ropa con cuidado agrandando su sonrisa. Él me toma de la cabeza y me da un beso en la frente diciendo suavemente un gracias, sabiendo que esto era lo último que me daría mi primo por esa noche tomo ese momento para desearle buenas noches y regresar a mi cuarto.
No se si fue por la emoción aun en mi cuerpo o por el deseo que aun tenia de seguir disfrutando del pene de mi primo, pero algo me termino orillando a acercarme a la cama de Carlos en lugar de ir directamente a la mía. Ahí estaba el boca arriba desparramado en su cama sin ninguna sabana sobre el ni otra cosa que me separe de la única cosa que puede saciar mi hambre en ese momento además de su bóxer y un short delgado de fútbol.
Confiado por lo embriagado que me hizo sentir el momento con Miguel empiezo a bajar la ropa de Carlos dejando al descubierto un miembro que a la poca luz que tenia lucia de un tono más obscuro que el de mi primo, se nota también más grueso pese a no estar duro y tal como había supuesto la cantidad de vello que tiene es mayor a la del primo miguel.
Tal como empecé con Miguel acerco mi cara primero para oler con profundas respiraciones cada parte del huevo de mi tío, es un olor menos ácido que el de Miguel, pero también es más fuerte como si fuese más puro, los dejes de jabón siguen ahí, pero por el sudor de la noche ya no es tan protagonista el olor.
Pronto paso de solo oler a repartir besos desde los huevos hasta la cabeza que ya muestra signos de dureza por la estimulación, cuando hubo empezado a manar presemen de la punta deje de pesar en general y me centre en poner mis labios contra parte de su cabeza que la piel dejo descubierta, más que un beso eran mis labios contra la rendija de su cabeza de manera que todo el presemen entraba en mi boca. El presemen de mi tío Carlos era más delicioso que el de Miguel, era más dulce y la cantidad igualmente era mayor por lo que terminé saltándome las lamidas y abrí la boca poniendo toda la cabeza de su pija en mi boca. La reacción de mi tío no se hizo esperar, se empezó a endurecer más rápido y soltar más presemen, di una lamida a la cabeza dentro de mi boca, pero un espasmo seguido de un ruido me detuvo el corazón….
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